Consigna: el Capitan América le escribe una carta a Roger Federer para convencerlo.
Mi nombre es Steve Rogers, y mi alias, como quizás ya sabe, es Capitán América.
Mi trabajo ha sido difundido a través de historietas cómicas, filmes, series televisivas y figuras de colección, pero no se deje engañar: no soy un simple personaje ficticio, soy un hombre real. Mis "creadores" creyeron propicio generar un personaje heróico y querible tras el cual ocultar que, realmente, hay un súper-soldado creado en un laboratorio que salva al mundo de las más impensadas amenazas. Por ejemplo, intenté evitar que se ingiriera ese maldito murciélago, juro que lo hice, amigo. El mismísimo Tony Stark me llevó a Wuhan en su jet privado, pero cuando llegué ya era tarde. Ni siquiera la batalla con Thanos me resultó tan frustrante y fallida.
¿Por qué le estoy escribiendo? Bueno, estos últimos meses de cuarentena dañaron un poco mi manejo del escudo. Y Tony me dijo que, si quería tomar algunas clases, debía ser con alguien que diera buenos golpes, alguien con un gran smash, que supiera pegar de frente y de revés. Él me mostró varios videos de usted jugando en varios torneos y quedé sorprendido. Me dijo: "Cap, amigo, deberías hablar con este tipo, es de los mejores en el tenis y sin dudas podría darte una mano con eso. ¿Entiendes? Una mano". Tony siempre está bromeando, pero es uno de los hombres más inteligentes del mundo, y por eso decidí escribirle.
Su desempeño en las canchas me recordó a mis primeros días como soldado, cuando manejaba el escudo como un número 1. Necesito volver a tener esa facilidad y elegancia al arrojar mi escudo, como cuando logré derrotar a Red Skull.
Así que, sin más rodeos, lo preguntaré: ¿Quisiera darme algunas clases de tenis?
Esperaré su respuesta. Y, disculpe que le envíe una carta escrita a puño y letra, pero aún no logro amigarme con la tecnología.
Saludos,
Cap.
Sr. “Capitán América”:
ResponderBorrarEspero que se encuentre bien y gracias por su carta. Honestamente no conozco mucho de lo que usted hace, y, sin querer ofenderlo, no tengo tiempo para darle clases. En principio, esto sucedería por dos motivos.
El primero de ellos, es que me encuentro con mi familia, cuidando de mis hijos y viendo como crecen, cosa de la cual no puedo disfrutar cuando normalmente compito en el circuito ATP, ya que este se desarrolla por todo el mundo, y los viajes son constantes. No tendría hueco en mi vida para brindarle ese servicio. Como debe saber, el tiempo es oro. Adicionalmente, creo que nos quedaría un poco lejos el encuentro (yo vivo en Suiza, y por lo poco que conozco de usted me parece que se encuentra en los Estados Unidos), cosa que le haría tener que trasladarse muy lejos para tomar clases conmigo.
Existe, además, un segundo motivo, el cual no solo me resulta algo divertido, sino que a la vez me genera la sensación de que me están tomando de imbécil. Creo que se tomó muy en serio lo de ser un personaje famoso en nuestra sociedad, al punto de que ya se cree real. Porque claro, usted es un ser humano de carne y hueso, que puede escribirme una carta porque está en su casa, sentado en su sillón, pensando en tomar clases de tenis conmigo. ¿Qué clase de locura es esa? Usted es de un mundo ficcional; esto claramente fue enviado a mi persona como broma. Imagíneme, contestándole a su carta, aceptando su propuesta. ¿De verdad me cree tan estúpido?
Mire, normalmente no contestaría a este tipo de cartas, pero ya es la quinta vez que me llega una de algún personaje ya sea ficticio o muerto, y empiezo a creer que esto es una forma de distraerme para que no me concentre en el tenis, o para intentar lograr que me retire. Es una decisión mía. Y si no le parece, métase su escudo por donde usted sabe.
No deseo volver a hablar de este asunto con usted, así que no vuelva a escribir. Y si por algún motivo si existe en la realidad y no me está tomando el pelo (cosa que encuentro imposible), ignore lo anteriormente dicho y salude a mis hijos en su próxima película, que les gusta mucho verlas, así me daré cuenta. Aun así, no puedo aceptar su propuesta.
Que tenga un buen día, quien quiera que sea,
Roger Federer.