Consigna: anotar sueños y pesadillas (de ahora y las que recuerden)
1. Loop
Estoy inmóvil. Rígida como la más inerte de las materias.
Estoy acostada en mi cama, y observo fijamente el techo de la habitación, sin poder siquiera parpadear.
Repentinamente, siento que hay algo junto a mi. Hay algo, pero no sé que es, porque sé que está ahí, pero no lo veo.
Pero sé que está ahi.
Está oculto, esperando que yo haga el más mínimo de los movimientos para atacarme. O quizás, esperando que no haga ninguno.
Pero sé que está ahi.
Está oculto, esperando que yo haga el más mínimo de los movimientos para atacarme. O quizás, esperando que no haga ninguno.
Siento que debe ser algo monstruoso, algo que me hará gritar de tan solo pensar en su forma. Algo espantoso y aterrador, que generaría pánico hasta en el más valiente y que haría trizas hasta al más fuerte.
Y yo no soy ni fuerte ni valiente, ¿qué quedaría para mí?
Intento gritar con todo el potencial que albergan mis pulmones, pero aparentemente es nulo: mi voz sale cortada, rasposa, casi inaudible. Es en vano.
Junto fuerzas para moverme y huir, pero en cuanto comienzo a moverme, mi cuerpo se vuelve excesivamente pesado. Tan pesado es, y tan poco obedece a las leyes de la materia este sueño, que mi cuerpo sólo logra moverse como si fuese una babosa: mediante una especie de arrastre lentísimo y sin resultados muy alentadores. Siento que me derrito, que caigo al costado izquierdo de la cama y que luego me extiendo por el piso. Intento, desde allí, utilizar mi brazo para alcanzar el picaporte de la puerta, pero lo siento a una distancia kilométrica.
Y eso sigue ahí, mirándome, esperando.
Y eso sigue ahí, mirándome, esperando.
Y entonces despierto, y me alivio muchísimo porque finalmente no estoy en ése terrible sueño y puedo prender la lámpara que está junto a mi cama y luego volver a dormir, protegida bajo su luz.
Pero en cuanto intento extender la mano, no puedo moverla.
Pero en cuanto intento extender la mano, no puedo moverla.
Cada vez que sueño esto -porque es un sueño desgraciadamente recurrente- ocurre en loop. Esta secuencia sucede entre tres y cuatro veces hasta que finalmente logro levantarme.
Cuando me levanto me siento un personaje de la película Inception: no sé diferenciar si desperté o sigo durmiendo.
Debería conseguirme un talismán, como Di Caprio.
2. Brontosaurus y Napoleón
Estoy en un museo gigantesco. Uno de esos que vemos solo en películas, en los que se muestran esculturas legendarias, inmensas, históricas.
Me acompaña Sebastián, mi novio, y aparentemente el ala en la que estamos exhibe obras pertinentes a la Revolución Francesa y a los próceres de dicho país.
En ala es de forma circular y de varios pisos de altura. El centro del círculo está vacío en cada uno de los pisos: sobre este vacío y cubriéndolo totalmente, en el techo, hay una pintura (o quizás es un vitró).
A mi me dan miedo las alturas, así que subir hasta el último piso es una travesía. Me agarró fuerte de la baranda de mármol blanco que guía la escalera, que es del mismo material.
Cuando llegamos, finalmente, nos sentamos en un banco. En vez de observar el arte que nos rodea, dibujo un brontosaurus muy caricaturesco en la palma de la mano de Sebastián.
Me tomé la libertad de interpretar este sueño: prefiero los museos de Historia Natural.
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