1. René Lavand
En este primer video, me encontré atrapada por la
combinación de recursos utilizados por el narrador: Lavand no sólo utiliza su
voz para contarnos una anécdota, o recitarnos una poesía, sino que también la
acompaña por sus “juegos” de ilusión y una música que genera suspenso y sosiego.
La unión entre estos tres factores nos da como resultado una experiencia de suspenso
y atractivo, pero sin ser necesariamente “tensa” o excesivamente dramática para
el espectador.
La ilusión que nos presenta el artista es sencilla y sin ningún
elemento sorprendente: sólo tres migajas y un pequeño recipiente. Con tan pocos
objetos, Lavand logra abstraernos de lo que nos rodea y compenetrarnos solamente
en sus manos y su voz.
La narración es pausada, tranquila, no escatima en el uso de
sinónimos para referirse a la experiencia que se está realizando. Sólo genera
pausas largas cuando va a cambiar de historia o relato, por lo que se los
diferencia claramente.
Es un acto de ilusión que está siendo televisado, pero se noté que Lavand está teniendo una amena conversación con los presentes en el estudio. Hay una sensación de cercanía entre él y sus espectadores.
Lavand vincula su acto con los sentidos: habla de lo que él
llama “los ojos del alma”, y como es posible disfrutar del acto sin necesariamente
verlo: esto es, a través de su narración y su ambientación musical.
2. Alejandro Dolina
En este video, a diferencia del primero, al narrador no lo podemos observar, ni tampoco hay otro sonido más allá de su voz.
En todo momento lo sentí personal, íntimo: como si se tratara
de una charla con un conocido. La elección de palabras de “uso diario” y no muy
rebuscadas o complejas logra una sensación de naturalidad y cotidianidad. Dolina
logra generar un ambiente de cercanía, calidez e intimidad mediante la elección
de palabras, la utilización de ejemplos y porqué en todo momento está
dirigiéndose a sus oyentes, mediante aclaraciones, comentarios y reflexiones. También hace participar a quiénes se encuentran junto a él en el que, supongo, es un estudio de radio.
Por momentos es un relato chistoso, por otros se vuelve más bien histórico, pero en todo momento sostiene la utilización de un lenguaje simple y de expresiones argentinas de público conocimiento para nosotros.
También realiza cambios en su voz en varias ocasiones, con el fin de volver más creíble la historia.
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